
Supongamos que tienes miedo a volar, ¿qué tienes que hacer? ¿Es hora de buscar ayuda?
En el artículo de hoy vamos a dar respuesta a estas y a otras preguntas entorno al miedo a volar.
El miedo a volar o aerofobia es el miedo intenso a volar en un avión, helicóptero etc. El miedo a volar también se puede experimentar en otros momentos, por ejemplo, durante la reserva, durante el embalaje o en el camino hacia el aeropuerto.
Esto es más común de lo que piensas: una de cada tres personas a veces tiene miedo a volar. La aviación es una parte esencial de la vida moderna. El miedo a volar puede ser una limitación importante, tanto a nivel personal como profesional. Una persona de negocios puede perder oportunidades laborales porque no puede reunirse con socios en el extranjero, o la familia tiene opciones limitadas de vacaciones porque uno de los miembros sufre de dicha fobia etc.
Afortunadamente, también es una de las fobias más tratables y cuenta con una alta probabilidad de éxito.
El miedo a volar es también un término general para temores más específicos como pueden ser:
Al igual que todos los miedos, el nivel de ansiedad varía de persona a persona. Algunas personas pueden volar aunque con miedo y con cierto malestar, mientras que otras personas hacen todo lo posible por evitar viajar en avión.
La aerofobia es una fobia específica y como tal, se engloba dentro de los trastornos de ansiedad. La ansiedad, cuando se da en niveles medios, aumenta el rendimiento y la capacidad para afrontar las diferentes situaciones. El problema comienza cuando nuestro cuerpo responde de forma exagerada a los factores desencadenantes. Las personas con un trastorno de ansiedad tienen miedo de cosas irreales y sobre las que no sienten que tienen cierto control.
Cuando experimentamos pensamientos, emociones y sensaciones físicas desagradables, nuestra respuesta automática es que intentamos evitarlos como sea. Sin embargo, las estrategias de control se vuelven disfuncionales si te controlan demasiado y cuestan demasiado tiempo y energía. A corto plazo, el control parece proporcionar alivio, pero a largo plazo los síntomas de ansiedad continúan y se agravan.
El tratamiento más adecuado en estos casos es el tratamiento cognitivo-conductual, siempre que sea una aerofobia pura y no sea, como hemos comentado al comienzo, un síntoma de otro problema como puede ser la agorafobia o el trastorno de ansiedad generalizado, entre otros.
Como puedes ver hay terapias con las que puedes aprendes a detener la lucha interna por la que estás pasando. Por lo tanto, un psicólogo puede ayudarte a completar este proceso. Es importante que busques ayuda, no dejes que este miedo se siga apoderando de ti. Verás como con tratamiento logras superarlo y tener una vida mejor.