
¿Sabías que existen muchísimos trastornos que afectan a la personalidad? En este artículo te vamos a hablar acerca de uno de esos trastornos: la personalidad pasivo-agresiva. Este es un trastorno que afecta a más personas de las que puedes imaginarte, pero que sin embargo resulta muy difícil de reconocer e identificar.
Para poder entenderlo en profundidad, lo primero que debemos hacer es definirlo. Es un trastorno en el cual las personas que lo padecen tienen incapacidad para lidiar correctamente con las emociones negativas. En consecuencia las expresan mediante sus emociones, pero lo hacen de una forma tan sutil que muchas veces esto pasa desapercibido para las personas de su entorno.
La respuesta a esta pregunta no es tan simple, pues hay especialistas que consideran que existen varios subtipos, en tanto que hay otros que lo ven como un trastorno único. Sin embargo, con la finalidad de que conozcas más sobre el tema, aquí te vamos a mencionar los subtipos y sus características generales.
Tal como su nombre lo indica, las personas que padecen de este tipo de personalidad pasivo-agresiva son totalmente inseguras y esto se refleja en su comportamiento. A veces están de buen humor y son personas agradables y de un momento a otro esto puede cambiar, volviéndose personas irritables y agresivas. No en vano, algunos expertos coinciden en que está muy relacionado con el trastorno de la personalidad borderline.
Estas personas viven en un constante debate entre lo que quieren hacer realmente y la lealtad hacia los demás. Sin embargo, siempre termina ganando la parte negativa, por lo que son personas que suelen disfrutar humillando a los demás y haciéndoles sentir inferiores.
Son personas que se caracterizan porque no cumplen con nada de lo que se les pide, en ningún ámbito de sus vidas. Tienden a sabotear sus actividades actuando de manera negligente y lenta. Son personas que no soportan las altas presiones laborales por lo que suelen ser trabajadores lentos y de poco rendimiento.
Son aquellas personas incapaces de reconocer sus propios errores, por lo que siempre responsabilizan a los demás. Además, tienen tendencia a caer en la depresión y viven en el pasado, recordando y rumiando viejas afrentas u ofensas de las que han sido víctimas. Siempre critican a los demás, casi nunca tienen algo bueno que aportar.
Esta es una pregunta que se han planteado muchos especialistas y estamos seguros de que tú también te la estás haciendo. No existe una explicación concreta. Sin embargo, se cree que tiene su origen en la infancia. En este sentido, la crianza y la actitud de los padres tienen mucho que ver con el desarrollo de este trastorno.
Así mismo, se ha comprobado que la baja autoestima y el abuso infantil son dos factores determinantes en la manifestación de este trastorno en la edad adulta.
Muchas veces, los padres no se dan cuenta de la gran influencia que tienen en la vida futura de sus hijos. Un castigo o una caricia a tiempo pueden contribuir a evitar que los niños desarrollen este tipo de patologías de tipo psicológico.
Ahora sí nos corresponde describir cuáles son los signos y señales que nos indican que una persona padece de personalidad pasivo-agresiva. Veamos algunos a continuación.
Es muy común que las personas con este trastorno sean inseguros frente a los demás y en las decisiones que toman. Así mismo, su forma de actuar es ambigua, pues lo que dicen y hacen nunca está en concordancia con lo que piensan. Son personas en quienes no se puede confiar para la resolución de algún problema, ya que su actuación genera suspicacia y dudas en su entorno.
Sí, las personas que tienen una personalidad pasivo-agresiva viven llenos de ira por diversas razones, algunas de ellas ilógicas. Sin embargo, a pesar de estar tan llenos de ira no suelen expresarla, por lo que tienen esos sentimientos reprimidos. Ante los demás muestran una faceta cordial, pero en el momento menos pensado dejan salir su ira hiriendo, en muchas ocasiones a quienes les rodean.
Esto se debe a que estas personas le tienen miedo a la intimidad. Esto quiere decir que no suelen confiar lo suficientemente en alguien como para abrirse a él y expresar su verdadero ser. Así mismo, una de las cosas que más temor les da es llegar a depender de alguien, por lo que es muy poco probable que establezcan lazos emocionales significativos y duraderos. En sus relaciones, son más bien autoritarios e incluso déspotas con su pareja.
Las personas con este trastorno tienden a victimizarse, culpando a los demás de las cosas que ocurren. Igualmente, siempre creen que se les trata con desconsideración y son incomprendidos. La culpa siempre es de los demás. Son incapaces de asumir responsabilidades.
Estas personas son incapaces de sentir empatía por los demás. No se colocan en el lugar del otro y no piensan en el efecto que sus acciones o sus palabras tienen en las personas que les rodean.
Así como ocurre con todos los trastornos de índole psicológico, la personalidad pasivo-agresiva puede ser superada. Lo primero que se debe hacer es reconocer el problema, identificar que se padece este trastorno. Lo próximo es buscar la ayuda de un especialista como un psicólogo, quien es el indicado para proporcionar las herramientas para superar el problema.
A través de la terapia quien padece este trastorno es capaz de ser consciente de su comportamiento e identificar cuando tiene actitudes pasivo-agresivas. Además de esto, la persona aprende a pensar antes de actuar y a ir bajando un poco las barreras que establece con respecto a las personas de su entorno.
La terapia resulta exitosa cuando la persona aprende a expresar adecuadamente sus emociones y a ser honesto con quienes le rodean, especialmente con sus familiares y su pareja.
Como has podido ver, el trastorno de personalidad pasivo-agresivo hace muy difícil la vida, no solo a quien lo padece, sino también a quienes le rodean. Es por esto que te invitamos a profundizar en el tema, que como te dijimos, es muy interesante.