
El amor, la pasión y la admiración hacia tu pareja pueden hacerte caer en un abismo que aparentemente no tiene salida. Cuando tú, como persona, comienzas a cambiar tu propia esencia y dejas de hacer lo que te gusta por complacer a otros, se van creando relaciones insanas. Te has preguntado alguna vez ¿estoy en una relación tóxica? Pues ¡Detente un momento! Este post es para ti.
Muchas personas piensan que las relaciones tóxicas son aquellas donde se involucra la violencia, los golpes y el perdón. Aunque esos factores están incluidos, hay decenas de situaciones que hacen que una relación deje de ser sana para llegar al nivel tóxico. Un ejemplo de ello son aquellas personas que le perdonan las infidelidades a la pareja, se enfadan, se perdonan y vuelven a ser infieles. Claramente, ese círculo vicioso es tóxico tanto para las personas involucradas como para las que se encuentran a su alrededor.
Es importante que sepas que cualquiera puede estar inmerso en una relación tóxica. Solo hay que tomar la decisión, y salir lo antes posible, ya que, no todas las veces tienen un final feliz. Por ello, queremos darte algunas alertas que te pueden hacer ver que estás dentro de una de ellas. Y lo mejor, te damos las herramientas para ¡Salir corriendo!
¡Presta atención! Muchas veces se cree que nuestra relación es perfecta, y aunque tiene varios deslices no nos atrevemos a decir que es tóxica. Así que lee detenidamente, y evalúa tu relación. Las señales de las relaciones insanas, están aquí y se identifican así:
Muchas parejas cuando se juntan dejan a un lado sus proyectos de vida. El problema comienza cuando una de las partes corta las alas a la otra persona. Cuando empieza la prohibición a estudiar, a tener un hijo, a asumir un nuevo cargo e incluso trabajar ¡ALERTA! En estos casos, el amor hacia esa persona, no merece tal sacrificio. En una relación sana ambos deben de crecer.
Si vives con tu pareja y comienzas a escuchar frases como “si te pierdo, no soy nadie”, “tú me complementas, y sin ti no puedo vivir”, o la tradicional “Nadie te va a querer más que yo”. Entonces, algo no está bien.
Un chantaje emocional que te haga hacer lo que la otra persona quiere, no es sano bajo ningún concepto.
Primero, nadie es dueño de nadie. Una pareja se une para crear juntos un proyecto de vida. Si no tienes claro eso y crees que al estar juntos estás adquiriendo una procesión ¡Estás equivocado!
Así que, no permitas que te limiten las amistades, la familia e incluso el tipo de ropa que te pones. Si te fijas bien, el miembro de la pareja que toma esas acciones, por lo general, te tiene como un premio y tiene a su vez problemas sociales con su entorno ¡Ojo! Nadie es de nadie y siempre tienes la opción de salir.
¿Te ha pasado estar con tu pareja y sentirte cabizbajo? Si es habitual que te levantas con muchas ganas de hacer ejercicio y de comerte al mundo, cuando de repente, te topas con una gran muralla emocional, entonces algo está ocurriendo.
Todo lo que dices es cuestionado con pesimismo o se victimiza para que te quedes en casa ¡Pues, huye, estás con el llamado “vampiro emocional”! No solo te succiona la energía, sino que te impide crecer y ser feliz.
Si justificas todo lo que te hace tu pareja eres un “miembro justificador”, igual de tóxico que tu pareja. Por ejemplo, tu espos@ se gastó el dinero en un casino, pero le justificas porque está estrasad@. O quizás una mujer justifica que su marido la maltrate verbalmente, porque es el proveedor del hogar o está pasando por un mal día. ¡Pues NO! Si no hay respeto no hay relación sana.
Ahora bien, seguro que te estás preguntando ¿Puedo salir de esta relación? Si, puedes. No será fácil, porque muchas veces la otra persona se va a negar y va a utilizar sus armas. En ti está evolucionar y establecer tu amor propio por encima de todo.
Una relación sana, se basa en el respeto y la construcción de un hogar feliz. ¿Tienes eso en tu vida hoy? Por último te queremos decir que el que ama no prohíbe, ni hace llorar, ni maltrata. Al contrario, te hace crecer, vive para hacerte reír y sería incapaz de hacer daño.