El estrés está impregnado en nuestro día a día por el ritmo frenético que llevamos, pero cuando este estrés se mantiene en el tiempo puede convertirse en un problema causándonos síntomas físicos, psicológicos y conductuales, como los dolores de cabeza, el cansancio, la irritabilidad…
Por todo ello, las técnicas que aplicaremos para combatir el estrés también deberán ser enfocadas a cada uno de los pacientes, combinando la terapia cognitivo-conductual, técnicas de relajación, de control emocional, de gestión del tiempo y actividades, entre otras. El objetivo, aprender a gestionar el estrés y a recuperar el bienestar.