
El duelo por la pérdida de un ser querido en la mayoría de los casos no requiere de atención psicológica , de hecho entre el 5 y el 9% de la población sufre por la muerte de alguien cercano anualmente.
Ahora bien, será que existe una vinculación directa entre el duelo y la depresión, es decir, siempre que se produce uno también se incluye el otro. Para resolver esta duda, es importante definir los dos términos.
Depresión: “síndrome caracterizado por tristeza profunda e inhibición de las funciones psíquicas,” esta es la definición dada por la Real Academia Española. Mientras que el DSM 5 la clasifica dentro de las generalidades de los trastornos de ánimo, en el que existe una tristeza que ocasionan la interferencia de las actividades cotidianas del individuo.
Duelo: según el diccionario de la Real Academia Española, es un sentimiento de dolor, aflicción o lástima, además indica que son todas las acciones que se llevan a cabo con la finalidad de demostrar los sentimientos por la pérdida de alguien.
De acuerdo con el manual del DSM 5 el duelo se encuentra entre los problemas que no son atribuibles a trastornos mentales, sin embargo hacen una distinción entre un duelo regular y el duelo complejo persistente. Este último, es aquel que no se resuelve, tiene una larga duración e involucra depresión, trastorno alimenticio e insomnio.
Observando estas dos definiciones, en este artículo se realizará una análisis acerca de la depresión y el duelo, cuándo estas se relacionan y cómo tratarlo.
Duelo
El duelo es una respuesta ante la pérdida de una persona que se considera de gran importancia. Muchas veces esta puede ser real o subjetiva, (lo que puede pasar cuando el individuo se aleja). No existe un tiempo exacto de duración del mismo, pero no puede pensarse que este sea eterno, por lo regular se encuentra entre 6 meses y 2 años.
En el duelo se presentan varias etapas, muchos autores que han investigado acerca del tema, le han dado diversos nombres y proponen una cantidad variada. Para la mayoría la primera fase comienza con un shock, un momento de incredulidad y hasta la negación de la situación. En la parte intermedia del duelo hay aflicción, cólera, ira, desorientación, culpabilidad y desorganización. Por último en las etapas finales se encuentra la aceptación de la muerte, recuperación del dolor, reorganización, comprensión y restitución a las actividades.
El duelo cuando no es complicado por lo general no presenta depresión, aunque se pase por todas las fases nombradas anteriormente.
Señales de alarma de que el duelo es complejo y persistente
Todos los duelos no tienen las mismas características, para algunos será más doloroso la muerte de un progenitor que de un hijo, para otros la pérdida de la pareja, siendo esta el proveedor económico, tendrá mayores consecuencias psicológicas. Se pueden encontrar gran cantidad de factores que hagan que el duelo se torne complejo.
Algunos autores plantean que los antecedentes psicológicos cumplen un factor relevante. También se ha visto que los recursos personales son elementos que pueden colaborar con el paso del proceso.
Existen algunos comportamientos que pueden indicar que se está en presencia de un duelo complejo, a continuación se nombrarán:
Cómo tratar el duelo complejo
Como lo indican las líneas anteriores, la depresión se puede vincular al duelo cuando este es complejo. En estos casos un profesional en psicología es el más adecuado para hacer la evaluación del trastorno y aplicar el tratamiento.
El apoyo familiar o de amigos es fundamental para poder hacer el seguimiento del tratamiento. En caso de no contar con esta ayuda será necesario la hospitalización para solventar el problema de las ideaciones suicidas, que son de sumo peligro.
Aunque los fármacos contribuyen de gran manera con la depresión cuando es grave, en el caso del duelo no se recomienda el uso de sedantes, pues el individuo, debe completar las etapas de este proceso y llegar a la resolución del mismo, por esto la terapia psicológica será de gran ayuda.