
Formar una pareja es una de las partes de la vida de las personas. Compartir con otra persona diferentes sentimientos amorosos y vivencias agradables, nos brinda mucha satisfacción en nuestro día a día.
Ir al cine, tomar unas vacaciones, compartir una casa y un proyecto en común, son los cimientos que van construyendo “Esa vida juntos”. Esto también incluye compartir momentos con otros y divertirse con amigos. Las parejas también se fortalecen y tienen más esencia cuando además de aquella pareja, existe vida social por fuera de la misma.
Debemos recordar, por otro lado, que la pareja está constituida por dos seres diferentes. A pesar de compartir aspectos en común, las diferencias, las aspiraciones y deseos volcados en esa pareja son diferentes y se presentan con diferentes intensidades. Los modos en que se demuestran afecto son diferentes, por ello la comunicación es vital para compartir ideas y discrepancias.
¿Has sentido que tu “amas” más a tu pareja que ella a ti? ¿Esto provoca inseguridad en lo que respecta a tu relación?
Dentro de la pareja, a veces pasamos momentos en donde no nos sentimos tan seguros de nosotros mismos, del cariño o del amor que el otro nos da. Seguramente alguna vez has sentido que algo “raro está pasando en tu relación”. O encuentras que tu pareja cambió de actitud o comportamiento que hace que sospeches de las peores situaciones.
Allí, ante estos momentos emergen las más variadas medidas “investigativas” (por llamarlas de algún modo) que cada persona puede adoptar para conocer si algo está pasando en su pareja. ¿Te has encontrado alguna vez revisando las redes sociales de tu pareja y analizando detalladamente cada una de las interacciones? o ¿Has sentido la necesidad imperiosa de ver el teléfono de tu pareja, para ver con quién se está hablando y de qué?
El amor y sus conceptos
Reflexionemos sobre nuestra capacidad de amar. Cómo somos con ese sentimiento, cómo lo expresamos, y cómo esperamos que nos lo devuelvan del mismo modo; son todas perspectivas singulares sobre este sentimiento. Más fuerte, más intenso, más combinado con lo sexual, el amor es un sentimiento singular que socialmente comparte conceptos que, paradójicamente, nadie puede definir cerradamente.
No es lo mismo el amor a una pareja, que el amor a un hijo o a un padre, o mismo el amor en una amistad. Amores diversos, amores nombrados desde la palabra, desde las acciones de cuidado, desde las protecciones, es cómo se manifiesta este sentimiento.
Siempre se dice que el amor no daña, el amor nutre y aumenta la autoestima del otro, genera lazos duraderos e intensos que movilizan parte de la historia del sujeto en ese vínculo.
Pero debemos pensar que si moviliza todo esto, no siempre “no daña” el amor. Reflexionemos sobre qué hace que un sentimiento tan bello como el amor, pueda generar malos momentos, o sentimientos que afectan nuestra autoestima.
¿Está mal sentir celos de mi pareja?
Los celos forman parte de la vida. Estos se presentan en el seno familiar por un hermanito nuevo, en una amistad, etc; y es lógico que en la pareja también aparezcan. Lo que debemos observar es el “hasta dónde”.
La obsesión puede volcarse en este sentimiento, y hacer del mismo hiperintenso y dañino. Con la fachada del amor, los celos se hacen presentes en parejas donde comienza a construirse una relación tóxica en torno a estos. Donde las libertades de alguna de las partes de la pareja, se ven coartadas por la limitación de los celos del otro, no pudiendo desplegarse con sus relaciones interpersonales de modo saludable para evitar problemas con la pareja.
La obsesión por el control del otro es la estrella de la situación, que en el fondo denota un bajo sentimiento de sí y de sus inseguridades.
Un extremo de los celos.
Aquí presentaremos a la Celotipia. Ésta se entiende como una serie de pensamientos fijos por la angustia de perder el amor de una pareja, que hace que se tomen actitudes extremas de control del otro radicados en inseguridades del celoso y temor al abandono del ser amado. Este tipo de celos son percibidos por ambas partes de la pareja. Los celos entonces se transforman aquí en un conflicto emocional en el que tendemos a imaginar situaciones en las que nuestra pareja no nos es fiel. Aunque en ocasiones puede tener un origen real, comúnmente puede aparecer por la baja autoestima e inseguridad de la persona que los padece.
Si bien los celos son un sentimiento natural del ser humano, en este caso se vuelve más complejo cuando la razón no está presente. El amor puede ser intenso en muchos casos, y manifestarse con limitaciones para el otro. Saber medir este problema en cuanto a su gravedad, nos ayuda a prevenir muchos problemas de violencia doméstica que se encuentra sumergida en esta problemática.
La comunicación de nuestras emociones a un otro es la clave más efectiva para lograr construir relaciones sanas.
Recuerda que los psicólogos mentales estamos para ayudar en esta y muchas otras problemáticas de forma profesional, brindándote las herramientas ciertas para mejorar tus relaciones.