
¿Te has preguntado qué tienen en común los actores Robin Williams, Phillip Seymour Hoffman y Ernest Hemingway? Aparte de ser figuras públicas ampliamente conocidas en sus respectivos campos y muy exitosos, los tres se suicidaron. Sí, como lo estás leyendo. Estas tres personas que, en apariencia eran felices, decidieron, en un momento determinado, acabar con sus vidas. En un principio, todo resultó un enigma, pues estas personas, supuestamente, no tenían razones para hacerlo. Sin embargo, más adelante se supo que llevaban años luchando con trastornos psicológicos como la depresión.
Porque sí, el suicido se encuentra íntimamente ligado a diversos trastornos de índole psicológico, no únicamente la depresión, sino también la bipolaridad y la ansiedad extrema, entre otros. Generalmente, las personas que se suicidan llevan meses con pensamientos suicidas y con base a esto, evidencian algunas señales durante cierto tiempo, incluso meses, pero a veces son tan sutiles que ni siquiera sus mismos familiares lo notan.
Los pensamientos suicidas pueden surgir después de que la persona atraviesa por algún suceso traumático, como por ejemplo la muerte de algún ser querido, la ruptura de una relación o bien algún fracaso a nivel laboral, entre otros. Todos estos sucesos generan un gran dolor en las personas que, en muchas ocasiones, creen que es demasiado para soportarlo. Si no cuentan con un sistema de apoyo o con personas que estén a su lado y les apoyen, sus vidas se hacen muy difíciles de sobrellevar.
Así mismo, si las personas han tenido una vida triste y en consecuencia tienen una baja autoestima, es muy fácil que caigan en una depresión. En ocasiones, las persona deprimidas suelen creer que su vida no tiene sentido, que no son importantes para los demás. Es ahí cuando los pensamientos suicidas pueden aparecer. Estos pensamientos pueden traer como consecuencia que las personas atenten contra su integridad física e incluso acaben suicidándose.
Si la persona afectada cuenta con un entorno familiar saludable y se encuentra rodeado de personas que le quieren, es posible que noten los cambios en su comportamiento y puedan prestarle la ayuda necesaria, antes de que ocurra el desenlace fatal.
Como te lo hemos dicho antes, las personas propensas a suicidarse tienden a mostrar ciertos signos que muchas veces pueden pasar desapercibidos, pero que es importante conocer para poder identificarlos en caso de que alguien cercano a nosotros los manifieste.
Las personas que se encuentran deprimidas viven con un constante sentimiento de desesperanza y miedo que a veces les hace sentir que la vida no vale la pena, por lo que son candidatos al suicidio.
Las personas que son propensas a suicidarse suelen aislarse de su entorno. Esto quiere decir que dejan de mantener contacto con las personas que se encuentran a su alrededor. Incluso dejan de asistir a reuniones familiares y es común que dejen de asistir a su trabajo o al colegio, según sea el caso.
Para las personas que tienen pensamientos suicidas, la vida no tiene ningún valor. No tienen esperanza de que las cosas mejoren y debido a esto no tienen planes a futuro. Tomando en cuenta esto, para ellos la vida simplemente no vale la pena vivirla.
Muchas de las personas que tienen pensamientos orientados hacia el suicidio o que han considerado suicidarse en algún momento, tienden a conversar mucho sobre el tema. Generalmente, lo hacen de forma casual, pero muestran especial interés por los diferentes métodos de suicidio que existen.
Esta es una pregunta que muchas personas se hacen, ya que la mayoría de las personas creen que cuando una persona ha decidido suicidarse, la decisión es final y no hay marcha atrás. Sin embargo, esto no es así. Cuando se identifican algunos signos que pueden evidenciar que alguien planea suicidarse, su entorno debe activarse para evitar que esto suceda.
El primer paso es reconocer que se tiene un problema. Una vez que se hace esto, el camino comienza a ser más fácil. Seguidamente, debe buscarse la ayuda de algún especialista como un psicólogo, quien realizará el diagnóstico adecuado y sabrá qué tratamiento colocarle a la persona para sacarla de su estado depresivo o melancólico.
Así mismo, debe seguir una serie de terapias de tipo cognitivo-conductual que le ayudarán a cambiar su perspectiva de la vida. Es importante que comience a redescubrir la belleza de la vida y que a pesar de que a veces las cosas se pueden poner difíciles, siempre vale la pena vivirla.
El suicidio es un tema extremadamente complejo y además es muy impredecible. Allí reside la importancia de estar informados al respecto para poder identificar los signos de alarma, ya sea en algún familiar o incluso en nosotros mismos.